El primer gran cargamento de petróleo de arenas bituminosas de Canadá llegó esta mañana a Bilbao con destino la refinería de Muskiz. Es el comienzo de la era de los petróleos sucios en la Unión Europea, mucho más contaminantes y con unos riesgos ambientales y sociales muy superiores a los petróleos de tipo convencional. Repsol es una de las petroleras que se lucrarán con la llegada masiva de estas arenas supercontaminantes procedentes de Canadá. Activistas de Ecologistas en Acción y la coordinadora anti-coke se concentraron a las puertas de la refinería para mostrar su rechazo.

El petrolero Aleksey Kosigin llegó a puerto con 600.000 barriles de petróleo procedente de las arenas bituminosas de Alberta, en el oeste de Canadá. Es el primer cargamento de estas dimensiones que llega a Europa y el objetivo parce ser el de probar si la refinería de Muskiz está preparada para procesar esta particular materia prima extra pesada. El crudo de arenas bituminosas es más denso que el convencional y requiere tratamientos especiales para su refinamiento.

El petróleo procedente de arenas bituminosas se extrae mediante minería a cielo abierto (a diferencia de los petróleos convencionales en los que simplemente se realiza una perforación en la superficie terrestre). Los impactos ambientales y sociales causados en los lugares de extracción son enormes: deforestación de bosques, ríos contaminados, riesgo de enfermedades, lagos tóxicos. Tanta es la devastación que producen que ya forman parte de las “huellas” humanas visibles desde el espacio exterior. Pero además, cómo lo que se obtiene no es directamente petróleo, sino una especie de alquitrán muy denso -formado por arena, arcilla, agua y bitumen- los riesgos en caso de vertido durante su transporte, bien sea por tierra (oleoductos) o mar, pueden resultar mucho más destructivos que los causados por los petróleos más ligeros (los convencionales). Y en lo que respecta a las emisiones de gases de efecto invernadero, los estudios encargados por la Comisión Europea calculan que los carburantes de arenas bituminosas generan un 23% más de emisiones que los petróleos convencionales.

Por eso la entrada masiva de este tipo de petróleos echaría por tierra el compromisos de la UE de reducir sus emisiones de gases de efecto invernadero un 20% hasta 2020.

Con la entrada del cargamento de arenas bituminosas se ponen en riesgo los compromisos climáticos de la UE. Se cede a las presiones de las petroleras norteamericanas y de Canadá. En la actualidad la UE negocia acuerdos comerciales con Canadá (CETA) y EE UU (TTIP) y las expectativas de beneficios se están imponiendo por encima de cualquier Directiva o compromiso social y ambiental.

Pero no son las petroleras norteamericanas las únicas que se lucrarían con la llegada masiva de este petróleo a Europa. Repsol posee tres de las cinco refinerías de la UE (Cartagena, Bilbao y Castellón) capaces de procesar estos petróleos pesados. Gran parte de todo el petróleo en bruto que llegara para ser refinado a la UE pasaría por sus refinerías. Por eso no resulta extraño que el primer cargamento que llega a Europa haya sido comprado por Repsol.

El Natural Resources Defence Council prevé que las importaciones de arenas bituminosas pasen de los 4.000 barriles diarios que llegaron en 2012 al Estado español a unos 700.000 barriles en 2020.

Si esto ocurriera la UE certificaría la defunción de sus compromisos climáticos y ambientales, la continuidad por un modelo energético basado en las energías sucias (sin importar su origen e impactos asociados) y no renovables, y una mayor contribución a acelerar el caós climático y sus devastadoras consecuencias. Se adentraría en una era supercontaminante por medio de hidrocarburos no convencionales de gran impacto como los de las arenas bituminosas, los del fracking y los de las prospecciones marinas.

Por todo ello Ecologistas en Acción reclama a la UE que no renuncie a sus ya mínimos y escasos compromisos ambientales y exhorta a los Estados miembros y al Parlamento Europeo aque no permitan el consumo de este tipo de petróleos tan negativos social y ambientalmente.