Este fin de semana más de 1.200 corredores se concentrarán en las zonas más valiosas del Parque Nacional de la Sierra de Gudarrama. La Real Sociedad de Alpinismo Peñalara organiza tres carreras, más una cuarta nocturna en la zona periférica. Todo ello sin que este espacio protegido cuente con un plan de uso y gestión que regule estas actividades. Ecologistas en Acción considera alarmante la avalancha de pruebas de este tipo que se vienen realizando y que se explica, en buena medida, por el lucrativo negocio que se esconde tras estos eventos.

Desde el viernes 27 de junio hasta el domingo 29 la Real Sociedad Española de Alpinismo Peñalara organiza tres carreras simultáneas en el Parque Nacional de la Sierra de Guadarrama, más una cuarta nocturna en la zona periférica de protección. Son el Gran Trail Peñalara (GTP) con 553 participantes, el Trail Peñalara 80k (TP80) que reúne a 223 participantes, el Trail Peñalara 60k (TP60) con 432 dorsales y una cuarta prueba de promoción, el Cross Nocturno Navacerrada (CNN), del que no se tienen datos del número de participantes pero puede ascender a varios cientos.

Los recorridos de todas estas carreras buscan lugares difíciles y aislados que hagan más atractiva la competición, internándose para ello en las zonas de mayor valor de la Sierra de Guadarrama. El problema es que concentrar a miles de personas en pocas horas en lugares de montaña muy sensibles puede provocar graves impactos (erosión, daños a la vegetación por el pisoteo, ruido, perturbación de la fauna), máxime cuando estas pruebas, por la climatología, se realizan en las épocas de reproducción y cría de las especies animales y de dispersión vegetativa de la flora.

En este caso concreto los participantes atravesarán lugares como el pico de La Maliciosa, La Pedriza, puerto de la Morcuera, puerto del Reventón (Madrid-Segovia), puerto de los Neveros (Madrid-Segovia), macizo de Peñalara, pinares de Valsaín (Segovia) o el puerto de la Fuenfría (Madrid-Segovia).

No estamos hablando de casos aislados, aclara Ecologistas en Acción, la semana pasada se celebró el Maratón Alpino Madrileño que congregó a 400 participantes y rara es la semana que, en el lado madrileño o segoviano, no se celebra alguna prueba deportiva multitudinaria. En definitiva, lo que según el Plan Director de Parques Nacionales deberían ser autorizaciones excepcionales, se ha convertido en eventos habituales en la Sierra de Guadarrama, especialmente desde su declaración como Parque Nacional.

El problema se agrava si tenemos en cuenta que no existe regulación que limite el número de participantes, las zonas por las que discurran, el número de eventos, etc. El Parque Nacional no cuenta con un plan rector de uso y gestión que establezca limitaciones a este tipo de celebraciones. Por tanto la decisión final, hasta ahora, se está basando más en intereses políticos que en criterios científicos y técnicos, especialmente en el lado madrileño.

Según Ecologistas en Acción, se trata de un fenómeno que ha irrumpido con fuerza, en buena medida por el lucrativo negocio que se esconde detrás de estas pruebas. Sólo con el precio de las inscripciones, este fin de semana, la Real Sociedad Española de Alpinismo Peñalara ingresará alrededor de 100.000 euros. Los gastos son escasos porque las empresas patrocinadores costean buena parte de los mismos y se cuenta con personal voluntario. Por ello nos encontramos, a juicio de la organización, ante una utilización mercantil de un espacio protegido, con la justificación de una actividad deportiva.

Ante esta situación, Ecologistas en Acción reclama la necesidad de una regulación urgente. El pasado 9 de junio, durante la primera reunión del Patronato del Parque Nacional, los representantes ecologistas plantearon que se adoptasen las directrices que el año pasado aprobó el Gobierno de Canarias para regular estos eventos en sus cuatro parques nacionales, pero el Presidente del Patronato, Borja Sarasola ignoró por completo la petición.