Se ha descubierto un problema grave en un elemento clave para la seguridad de la central de Zorita (Guadalajara). La turbobomba que introduciría agua en el circuito primario de refrigeración en caso de emergencia no funcionaría si hubiera un corte de corriente. Este hecho viene a aumentar la inseguridad de esta maltrecha central.

Uno de los accidentes más graves que pueden ocurrir en una central nuclear es un a pérdida del refrigerante del circuito primario, el que se encarga de extraer el calor que se genera en el núcleo del reactor mediante las reacciones nucleares. En el argot este tipo de accidente se denomina LOCA (siglas inglesas de loss of coolant accident, es decir, accidente con pérdida de refrigerante). En caso de que hubiera una pérdida de agua del circuito primario deberían entrar en acción mecanismos de refrigeración de emergencia y sistemas que inyectaran agua en el circuito para evitar la fusión del núcleo. En la central nuclear de Zorita uno de los sistemas clave que actuarían en este tipo de sucesos es la llamada turbobomba que inyectaría agua al generador de vapor. Esta trubobomba tiene una válvula que debería abrirse en caso de emergencia mediante mecanismos que pudieran activarse con corriente suministrada por la red (alterna) o con corriente suministrad por baterías (continua) caso de que el suministro se interrumpiera. La interrupción del suministro de la red no es algo que parezca descabellado en caso de accidente, más bien al contrario: al dejar de funcionar la central es posible que el suministro se interrumpiera o bien que una interrupción brusca del suministro de lugar a problemas en la central.

Recientemente se ha descubierto que la válvula de la turbobomba de Zorita no puede funcionar con corriente continua. El Consejo de Seguridad Nuclear (CSN) le ha quitado importancia al hecho aduciendo que la válvula se puede activar manualmente. Sin embargo, para Ecologistas en Acción se trata de un severo defecto de la seguridad de la planta, que viene a sumarse a los achaques que sufre esta central. Es razonable pensar que en una situación de crisis la necesidad de accionar la válvula manualmente agravaría mucho más las circunstancias. Podemos pensar en que sería necesario pedir a los operadores la entrada en el reactor durante una fuga de refrigerante radiactivo y, quizá, de vapor del generador. Por tanto, Ecologistas en Acción opina, en contra de lo afirmado por el CSN, que estamos ante una severa deficiencia de la seguridad. Con el agravante de que, además, se trata de un fallo de diseño que no ha sido descubierto en las numerosas inspecciones anteriores que se han realizado en la central.

Ante esta situación, lo más sensato sería proceder al cierre inmediato de la planta sin esperar a la fecha fijada por el propio CSN del 30 de abril de 2006.