Ecologistas en Acción considera que hay que sancionar ejemplarmente a los cotos con casos de envenenamiento en la Rioja

Consideramos intolerable el uso generalizado de venenos que en los términos municipales de Pradejón y Calahorra hemos conocido en la última semana y que han causado la muerte de varios ejemplares de animales protegidos por la ley, dentro de una campaña ilegal para a eliminación de depredadores.

Con independencia de las actuaciones que la administración lleve a cabo para esclarecer las circunstancias que han desembocado en el envenenamiento masivo de animales pertenecientes a espacies protegidas, tales como Jinetas, Aguiluchos, Milanos y otras, la realidad que subyace bajo este caso es la falta de contundencia del Gobierno de la Rioja ante situaciones similares que se han producido en otras partes de La Rioja, y que no han tenido su castigo.

El envenenamiento en los cotos de Calahorra y Pradejón es responsabilidad directa de quienes consideran que las rapaces y otros depredadores les hacen la competencia, y solamente existe un colectivo con arraigada tradición en la colocación de veneno para matar depredadores, y ese es el mundo de la caza.

Exigimos al Gobierno Regional el inmediato cierre cautelar (hasta que los juzgados se pronuncien sobre estos casos) de la práctica de la caza en aquellos acotados en los que se hayan detectado este tipo de prácticas delictivas, y la imposición de sanciones ejemplarizantes.

De otra manera, quedará demostrado una vez más que lo único que importa a los gestores políticos del partido Popular en la Consejería de Agricultura y Medio Ambiente es tener a buen recaudo los votos de un colectivo cada vez más marginal. Un colectivo, el de cazadores, que es perceptor de grandes cantidades económicas procedentes de las arcas públicas en subvenciones, y que realiza una presión insostenible sobre determinadas especies, hasta tal punto que pueden acabar con sus poblaciones, tal es el caso de la cada vez más escasa Perdiz roja.

Lo sucedido en los cotos de caza de Pradejón y Calahorra es de una gravedad máxima, y merece una respuesta contundente por parte de la administración, o no tardarán en producirse más casos alentados por el insoportable olor a impunidad que despide todo lo relacionado con la práctica de la caza en nuestra Comunidad.