Ecologistas en Acción exige a la Consejería de Medio Ambiente la erradicación de la población de carpa (Cyprinus carpio) y otras especies invasoras.

Estas especies invasoras han acabado con toda la fauna y flora autóctona en la “Charca de María Moya” en San Roque, Cádiz.

Verdemar-Ecologistas en Acción pide que aprovechando la falta de agua en la charca, se reviertan todos los procesos ecológicos que provocaron el cambio en el sistema trófico.

Pedimos a las administraciones que articules los medios necesarios para:

  • Secar la laguna y limpiar los sedimentos.
  • Incrementar significativamente la presencia de especies típicas de la laguna antes de la invasión.
  • Hay que buscar las captaciones subterráneas que han producido que se seque la laguna. Vamos a solicitar , se abra una investigación en las cabeceras de los arroyos “ De La Mujer y La Doctora”.
  • Hacer un programa de Educación ambiental para que no vuelva a producirse una invasión alóctona.

Como consecuencia de esta oportunidad única, al no vaciarse esta pantaneta desde sus inicios, hemos pretendido realizar un conteo de peces, reptiles y anfibios de la misma y el resultado ha sido catastrófico: no hay vida autóctona. La carpa (Cyprinus carpio) ha acabado hasta con los nutrientes de la laguna. Con esta media y descartando las especies alóctonas, pretendemos mantener la biodiversidad original de estas aguas andaluzas amenazadas por la invasión de especies alóctonas.

Verdemar-Ecologistas en Acción quiere llamar la atención sobre la presencia de especies exóticas o invasoras en nuestro entorno. Se constata la presencia de muchas de estas especies en la Comarca del Campo de Gibraltar.

La Carpa común (Cyprinus carpio), la Trucha arco iris (Oncorhynchus mykiss), el Cangrejo rojo (Pacifastacus leniusculus), y la Tortuga de Florida (Trachemys scripta elegans), son de las más frecuentes en nuestras numerosas zonas húmedas. Una larga lista de especies de flora también viene a complementar la lista que afectan gravemente a nuestros ecosistemas, a modo de ejemplo podríamos señalar a la Uña de león (Carpobrotus edulis), Hierba de la Pampa (Cortaderia selloana) la Acacia o Mimosa (Acacia dealbata), estas, nos podrían servir como muestra de unos vecinos muy incómodos para nuestras especies autóctonas. Con gran capacidad de reproducción y extensión son vegetales muy utilizados en jardinería y xerófilia. El famoso Picudo rojo (Rhynchophorus ferrugineus), la Cotorra de Kramer (Psittacula krameri), nos podrían servir como breve catálogo de especies que conforman una amenaza real y comprobada que muchas veces inconscientemente (otras no) ayudamos a propagar sin ser consecuentes del acto que estamos provocando.

Informes científicos del CSIC y otros expertos prueban el carácter invasor y la amenaza grave que suponen sobre las especies autóctonas, el medio ambiente y los hábitats y ecosistemas. Algunas de estas especies ya estaban incluidas en el listado de las 100 especies exóticas invasoras más dañinas del mundo, según la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza. La inclusión en este Catálogo conlleva la prohibición genérica de posesión, transporte, tráfico y comercio de ejemplares vivos o muertos, incluyendo el comercio exterior.

Las especies exóticas invasoras constituyen, tras la destrucción de los hábitats, el segundo factor de riesgo de pérdida de diversidad biológica, sobre todo en aquellos ecosistemas geográfica y evolutivamente aislados. Las amenazas que causan aumentan debido al incremento del comercio mundial, el transporte, el turismo y el cambio climático. Según un estudio de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN), la introducción de especies alóctonas de flora y fauna ha ocasionado, desde 1600, la extinción del 39 por ciento de las especies autóctonas de animales.