Juntas de nuevo para debatir y construir.

Elvira Cámara y Nerea Ramírez. Revista Ecologista nº 90.

Compartir unos días de reuniones, debates, y también de bailes y conversaciones tranquilas, rodeadas de personas que ponen la vida y la naturaleza en el centro de su activismo político, es el objetivo que cumple cada año la asamblea anual de Ecologistas en Acción. La asamblea reúne a varios cientos de personas pertenecientes a los diferentes grupos locales que integran la confederación de grupos ecologistas.

“Es un lujo que reconforta el espíritu de una forma que ningún resort vacacional puede hacer”, declaraba, quizá exagerando, un veterano asistente al finalizar la edición pasada. “Nos hemos sentido tan a gusto que volveremos el año que viene, aunque tengamos que coger cuatro autobuses para llegar”, asentían un grupo de jóvenes ecologistas cansadas por los excesos de la fiesta de la noche anterior.

“Poder contar con gente suficiente para hacer una acción a la puerta de la refinería de Repsol… menudo subidón”, repasaban visiblemente emocionados los anfitriones que acogieron la asamblea el año pasado. Un activista bailón recordaba la flashmob de Trujillo, donde se tomó la plaza Mayor para bailar al ritmo de canciones transformadas para reclamar un nuevo modelo energético. Otra recuerda aquella mesa redonda sobre retos del ecologismo social donde aprendió lo que era el ecofeminismo.

Cada año un grupo o federación se encarga de acoger al resto. “Volveríamos a organizar una asamblea, dentro de diez años, eso sí, pero lo haríamos. Es muy gratificante” coinciden quienes ya han vivido la experiencia. En ello están nuestros compañeros y compañeras de Cantabria que este año toman el testigo en la que será la 18ª edición.

Es un espacio de encuentro, de diversión también, que sirve para poner en común, reflexionar, avanzar en el discurso ecologista, proponer campañas… Hay debates, sí, pero sobre todo se intenta que haya pensamiento colectivo, construir juntas. Parte de la asamblea se realiza en plenario, pero para favorecer la participación se buscan otras formas de hacerla posible: pequeños grupos, debates, reflexiones previas, etc.

La asamblea confederal es la herramienta más importante para coordinar a los diferentes grupos y personas que integran Ecologistas en Acción. No en vano, la asamblea es la esencia de la democracia directa y participativa, en ella se encuentran personas en igualdad de oportunidades para participar y construir acuerdos, acciones y conocimientos. Por ello, la asamblea confederal es el espacio esencial para construir colectivamente y poner en común recursos que, en suma, mejoren la acción ecologista. La operación aritmética es sencilla: sumar y multiplicar para restar fuerzas y argumentos a quienes, incomprensiblemente, no entienden de un mundo justo y sostenible [1]