En el Día Mundial de la Vida Silvestre, Ecologistas en Acción denuncia que en los últimos meses se han recrudecido de forma inadmisible las amenazas y las agresiones de todo tipo a personas que de una manera u otra están comprometidas con la defensa de la vida silvestre y de la naturaleza en España, particularmente en algunas Comunidades Autónomas. Tales situaciones proliferan contra integrantes y entidades que forman parte de la confederación ecologista.

El pasado 23 de febrero, a las 19:30 de la tarde (como consta en la denuncia presentada ante la Policía Nacional), fue apedreada la vivienda de Carlos Villeta, coordinador de Ecologistas en Acción de Cuenca. Al parecer, según testigos del suceso, dos personas tiraron sendas piedras contra la puerta de la casa de Villeta y salieron corriendo. Las piedras destrozaron el acristalamiento de la puerta y provocaron un gran estruendo. Mientras, los hijos del activista ecologista hacían los deberes en casa.

Para la organización, a falta de que se sustancien las oportunas investigaciones, esta acción podría enmarcarse en el clima de agresividad contra «los ecologistas» alentado por la creciente ola de incidentes que distintos colectivos y agrupaciones políticas están protagonizando, a través de lenguajes innecesariamente violentos, proposiciones de declaración de personas ‘non gratas” dirigidas a Ecologistas en Acción o discursos incendiarios en tribunas e instituciones públicas.

En el caso de Cuenca, en los últimos meses se han producido diversos incidentes que han contribuido a empeorar las cosas, si bien la preocupante subida de tono en el clima contra los colectivo ecologistas puede no obedecer a causas concretas. Uno de ellos ha sido la problemática generada en torno al cese de la suelta y pesca de la trucha arcoiris tras la sentencia del Tribunal Supremo sobre especies exóticas invasoras. Otro, la parada impulsada por Ecologistas en Acción de la obra de una pista que atravesaba una zona de cría de especies protegidas en el Parque Natural de la Serranía de Cuenca. La lucha contra el cementerio nuclear en Villar de Cañas y por la ampliación de la ZEPA de El Hito también ha generado enfrentamientos verbales violentos en Villar de Cañas. Cabe mencionar amenazas más o menos veladas en encuentros diversos e incluso por teléfono. Por último, recientemente, en una moción que afortunadamente no prosperó, se había pedido por un grupo de la oposición la declaración de ‘persona non grata’ a Ecologistas en Acción en un municipio de la Serranía conquense.

En este caso concreto estas han podido ser las circunstancias. Pero otros muchos casos discurren por terrenos peligrosamente similares. Así, por ejemplo, y sin salir de Castilla-La Mancha, con las polémicas sobre la defensa de las zonas de especial protección de aves de ambientes esteparios o de la reforma de la ley de caza, anónimos y dirigentes de entidades agrarias, cinegéticas o políticas han incrementado el volumen de sus descalificaciones e insultos a «los ecologistas”, creando hacia un ambiente cada día más propenso a situaciones de violencia.

Otros casos que entroncan con esta problemática son los que se están viviendo en Andalucía y Aragón a causa de la citada sentencia del Tribunal Supremo. En el primer caso se ha declarado ‘persona non grata’ a Ecologistas en Acción en el municipio de Isla Mayor (Sevilla). El motivo, la limitación a la pesca del cangrejo rojo americano, por su impacto en las especies y el ecosistema de Doñana. Y en el segundo, algunas entidades de pescadores de exóticas e invasoras se manifiestan reiterada y airadamente contra la asociación ecologista.

Otras amenazas tienen el remite del sector de la caza. Recientemente una organización cinegética reconocida a nivel nacional amenazó con dirigirse a la fiscalía por la simple publicación de un informe técnico sobre el impacto de la caza. Y hace solo unos días una entidad de cetreros remitió un burofax amenazante por una nota de prensa que un grupo local había circulado denunciando una exhibición de rapaces en un mercado medieval.

Como es lógico, Ecologistas en Acción admite todo tipo de críticas, y asume el derecho de cualquiera a denunciar a la organización si considera que ha hecho algo ilegal. Pero lo que no es admisible es que eso se haga fuera de los marcos legales y democráticos y que, en definitiva, genere un clima que desborde las normas de convivencia, que puede desembocar en sucesos como el de Cuenca.

Pero esta situación no solo la sufre Ecologistas en Acción, también lo hacen otras entidades ecologistas y conservacionistas e incluso agentes y técnicos medioambientales por el simple hecho de defender la vida silvestre y la naturaleza.

Hay que recordar que lo que defienden las y los ecologistas en los ámbitos en conflicto no es otra cosa que el cumplimiento de la ley y que se usen criterios científicos para adoptar decisiones que luego pueden tener graves consecuencias. Si Ecologistas en Acción, u otras organizaciones, ha obtenido sentencias favorables en materia de especies exóticas invasoras, de caza o de protección de ZEPA, es porque las leyes las amparan y porque las administraciones no han cumplido con su obligación de respetar e interpretar debidamente tanto la legislación vigente como los principios más básicos de protección de la naturaleza.

Lejos de ello, las administraciones y algunos representantes y partidos políticos atacan las sentencias, incluso las del Supremo, y a través de declaraciones y mociones en instituciones públicas tratan de desacreditarlas o proponen directamente modificar las normas a la medida de grupos de interés o de presión.

En el Día Mundial de la Vida Silvestre, Ecologistas en Acción quiere hacer un llamamiento para que todos los conflictos se traten con el debido respeto a las personas y entidades. Asimismo, exhorta a las instituciones, partidos políticos y personas que los representan a medir sus pronunciamientos y acciones. Es necesario vigilar aquellas situaciones que pueden descontrolarse para no tener que lamentar sucesos como los denunciados u otros peores.