Con ocasión del Día Mundial del Medio Ambiente, que se celebra mañana 5 de junio, Ecologistas en Acción hace pública la concesión del Premio Atila para distinguir a quienes a lo largo de un año hayan destacado por su contribución a la destrucción del medio ambiente. En esta ocasión el accidente de nuclear de Fukushima, el segundo más grave de todos los tiempos, ha concitado todos los premios y un accésit.

El Día Mundial del Medio Ambiente fue establecido por la Asamblea General de las Naciones Unidas en 1972 coincidiendo con la primera cumbre mundial sobre medio ambiente: la Conferencia de Estocolmo sobre el Medio Ambiente Humano. Los fines de este evento anual son el aumentar la conciencia medioambiental, y fomentar la acción global en la protección del medio ambiente.

Ecologistas en Acción concede los Premios Atila con el objetivo de “distinguir y denunciar a aquellas personas, entidades o proyectos que más hayan destacado por su contribución a la destrucción del medio ambiente”. Los premios, que se concedieron por primera vez en 1992, tienen dos categorías denominadas “Atila” y “Caballo de Atila”.

Miles de personas se han dirigido a esta asociación, por diversos medios, proponiendo de forma unánime el accidente de Fukushima como candidato. A la vista de ello, el Jurado ha decidido:

Premio Atila 2011: Compañía Eléctrica de Tokio (TEPCO), empresa propietaria de la central de Fukushima-Daiichi en representación de la industria energética nuclear mundial cuyos principales exponentes en nuestro país son las empresas Endesa e Iberdrola. La industria nuclear obtiene beneficios de las centrales sometiéndonos a riesgos inasumibles. Además, TEPCO, se ha caracterizado por sus mentiras al Gobierno japonés, por su secretismo y por la mala gestión del accidente, que dio lugar, por ejemplo a tardar 20 preciosas horas en arrojar agua de mar sobre los reactores o a no prever el almacenamiento de agua contaminada, lo que motivó un vertido de agua radiactiva sin precedentes.

Premio Caballo de Atila 2011: Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA), en representación de los organismos públicos que velan por la seguridad nuclear pero que han tenido una política de desinformación durante toda la crisis. Su ejemplo aquí sería el CSN. El OIEA se limitaba a transmitir la información que procedía de Japón sin preocuparse en indagar y aportar información propia independiente. O bien, si disponía de ésta, no la hacía pública. El Consejo de Seguridad Nuclear (CSN) español se limitaba a transmitir los comunicados del OIEA, callando por ejemplo hechos relevantes como la existencia de una piscina de combustible común para todos los reactores.

Accésit: Foro Nuclear por su intachable contribución a la manipulación informativa y social. Preocupado desde el primer momento en quitarle importancia al accidente y proclamando que, en realidad, el accidente no ha sido muy grave (finalmente alcanzó el nivel 7 en la Escala Internacional de Sucesos Nucleares INES), que la nube radiactiva no tendría consecuencias para la salud (cuando se escapó el 20 % de la radiactividad de Chernóbil) y que los rectores soportaron el terremoto (cosa que se ha demostrado falsa). Llegaron a publicar en un comunicado que la central de Fukushima-Daiichi estaba intacta pocas horas después de que se produjera un incendio en uno de sus reactores.

El Jurado expresó su esperanza en que la concesión de estos premios llame a la reflexión a los premiados sobre el deterioro ambiental que sufre nuestro planeta y sobre todo, sobre la peligrosidad de las centrales nucleares.